lunes, 30 de marzo de 2015

El amor más fuerte que la muerte La construcción sintáctica de la comparación de superioridad, en hebreo no se construye, como en las lenguas indoeuropeas, mediante la incorporación de una partícula antes del segundo elemento de comparación, en combinación con una modificación morfológica en el adjetivo, el cual pasa de grado positivo a grado comparativo de superioridad mediante un sufijo (en griego, generalmente –íon, o teros, y en latín –or). Basta e cambio, en hebreo, colocar la partícula min ante el segundo elemento de comparación, que suele perder la nun final. Asimismo, la construcción de comparación en grado de de igualdad se sirve de una caf ante el segundo término de comparación, con el valor de nuestra conjunción como. En el capítulo ocho del ShirhaShirim, el espléndido Cantar de los Cantares, un versículo misterioso afirma que el amor es tan fuerte como la muerte, y translitero: azah kamauet haahabah. Siempre me maravilló este verso, que exalta al amor hasta ponerlo a la altura de la fuerza del destino que tiene la muerte… pero reflexionando sobre él, creo que bien puede haber una instancia en que el amor supere a la muerte, a la fuerza de la muerte, y elevarse a mismo tiempo por sobre ella. El cambio de la construcción en hebreo, que osé practicar, involucra repercusiones cabalísticas importantes y dignas de destacar. La construcción en hebreo que sobrepone el amor por sobre la muerte requiere, para que el verso cambie de “el amor es tan fuerte como la muerte” a “el amor es más fuerte que la muerte” sólo de la trasformación de la caf en una mim, para la partícula que esta delante de la palabra amor (haahabah). Ahora bien, ¿qué entraña cabalísticamente este cambio? La mim puede ser entendida en su construcción de su estructura física, por la cábala, como una caf la que se le adosa a su izquierda una uau inclinada, recostada sobre la estructura de la caf, en su parte superior, y que descansa apoyada sobre ella. Si el valor de la caf es 20, esta incorporación de una uau a la forma d ela caf, nos permite entender la mem como 20 + 6, 26, número del tetragrama divino, de modo que para que el amor sea más fuerte que la muerte el valor de la caf debe aumentar de 20 a 26, 1ue es el doble de 13 (ahabah por gematria vale 13, y 26 = 13 x 2). Consideremos además que por su posición en el alefato, la mem ocupa el puesto 13 de las letras, que es el número que corresponde, como dijimos, a ahabah, el amor. Por otra parte, la uau es el hombre, su espina dorsal recta, además de que es en el segundo día que ha sido creado por Dios. Todo esto me despertó fuertes reminiscencias crísticas. La mem es como una estructura donde la caf sostienen a la uau, que se encuentra seminclinada y como expuestazo cual nos recuerda al mesías enhiesto y elevado en el madero, en el árbol de la cruz. De manera que es el hombre, el hombre entregado en autosacrificio el que puede lograr, adhiriéndose a este verso del ShirhaShirim, darle la fuerza al amor para que sea más poderoso que la muerte, y no sólo tan fuerte como afirma el verso misterioso. La mem, vale 40 y alude de por sí a este sacrificio, a este sufrimiento, cuarentena, la duración de la convalecencia y número de la prueba por excelencia, tal como los cuarenta años de éxodo por el desierto, los cuarenta días que el arca vagabundeó por el mar de las aguas del diluvio, y los cuarenta días del ayuno de jesús en el desierto. La transformación de la caf en mem, nos da un nuevo valor gemátrico para kemauet (466) > mimauet (486), donde las dos mem reacomodadas por temurah en mum con la uau al medio, y la tau que queda, nos permite formar la palabra mum, que significa defectuoso, y luego la tau que siempre alude al final; el mensaje bien puede ser: fin del defecto, esto es, que el lograr mediante el autosacrificio que el amor sea más fuerte que la muerte abre el camino al fin de lo defectuoso, el fin de la caída y el reabrir las puertas del paraíso, el tiqún, la corrección final. Además el soporte de la caf que sostiene a la uau, y que el hombre incorpora al todo mediante su propia entrega, es como una graficación jeroglífica del Ecce homo mostrado en el evangelio, o, mejor, del Jesús ya crucificado, cuando el madero es levantado y erguido para mostración de todos los que se encuentran en el Calvario, de manera análoga a una serpiente enroscada a una vara en el desierto, analogía que Jesús mismo propone proféticamente cuando expresa: Cuando me levante, atraeré a todos hacia mí (Juan, 12:32, aunque ya también insinuada en Juan 3:14). Magnífica imagen y hallazgo que me fue insinuado como un resplandor desde lo alto, este cambio que vi, inspirado por el anhelo de ver que el amor supere (y no sólo iguale) a la muerte… sacrificio que obtuvo jesús y todo aquel hombre que, para dar fuerza doble al amor, se inmola a la causa que considera bella y que merece su total entrega, y de este modo supera la terrible fuerza de la muerte. Córdoba 7 de Diciembre de 2014.

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