viernes, 16 de marzo de 2012

Etimología secreta del sabotaje

Etimología secreta del sabotaje

Siempre he sostenido que en la etimología y en otros resultados cabalísticos de las herramientas que la cábala nos permite ejercer sobre las palabras, tales como el anagrama o la gematria, obtenemos, si las usamos, indicios secretos e importantes del íntimo significado de aquellas palabras sobre las que hemos trabajado con tales probetas y tubos de ensayo del laboratorio hermenéutico que nos proporciona la cábala.
Quiero reflexionar aquí sobre la etimología de la palabra sabotaje, quiero hacer un análisis arcano y cabalístico, ya que en la médula del origen mismo de la palabra sabotaje, hallamos elementos muy interesantes que aluden a implicancias secretas.
Sabot se denomina en francés los zuecos de madera que conocemos por su uso común en Holanda. Se cuenta que en el siglo XIII, fueron usados por trabajadores textiles por su dureza para parar máquinas, cuyo funcionamiento se veía así saboteado por dichos zuecos tan duros, en el girar de sus engranajes, cuando el obstáculo de los sabots los frenaba.
De manera que aquí entra ya el elemento de un pie que detiene y frena una rueda. Esto es alusivo en grado sumo, ya que un sabotaje es, en sentido genérico, una acción rebelde, pero que la acción de rebeldía que dio origen al vocablo tenga que ver con zapatos y con ruedas de engranajes, no deja de ser algo muy providencial. El engranaje, la rueda que gira y muerde con sus dientes, es un símbolo de un sistema en movimiento, ciego, o que no se detiene ante ninguna injusticia, es perfecto, pero injusto a veces... el zapato alude a la acción del hombre, a la capacidad del ser humano de detener algo con el pie, en última instancia, a su libre arbitrio para detener el destino ciego, cambiar y torcer su dirección, subvertirlo, si se quiere. Esto hace interesante que la palabra sabotaje, cuyo origen ese este zueco, haya consagrado este tipo de acciones.
Por otra parte, el zapato es símbolo, en cábala y en general, de la acción humana, del caminar del hombre, de su destino y su vida tal como él quiere manejarla (no en vano la rotación de la palabra réguel -pie en hebreo- da goral, suerte, destino: dondequiera que el hombre dirija sus pies, ello influirá sobre su destino.
Esto tiene que ver con la esfera de la acción humana, que es donde el hombre, por su accionar, puede cambiar y mejorar el orden del Universo, que es la esfera de Maljut, el reino; justamente he comentado ya otras veces que es providencial que regnum -reino en latín-, se parezca tanto a réguel -pie en hebreo-, que es el símbolo de la séfira de maljut -reino en hebreo-, representado por el pie, que en hebreo se parece tanto a regnum y a rectum -derecho en latín; y que pie (réguel), tenga que ver con rectum, es algo curioso, pues el pie es la parte más recta del cuerpo humano, en su planta. Esta afirmación es lógica si se comprende que la esfera de maljut es el ámbito donde se puede mejorar la creación, la esfera de acción por antonomasia, en la cábala.
Otra cuestión interesante es que sabot signifique la cuña de madera que sostiene el hierro de las vías de los trenes, y es asombroso que ello también tenga que ver con otra circunstancia histórica que colaboró en forjar la palabra sabotaje. El tren simboliza un destino imparable, como el engranaje anteriormente citado. Ahora bien, se dice que otra forma de sabotear introducida por los boicoteadores del siglo XIX, fue la de aflojar estas cuñas llamadas sabots que sostenían las férreas vías de los ferrocarriles, para que se descarrilaran los trenes. Esto da un renovado brillo al símbolo del destino imparable y ciego de tren, por el camino fijo y férreo de las vías, como algo que el ser humano puede desviar, a pesar de su (aparente) imparable inconmovibilidad. Cuando los obreros, al parecer, aflojaban estas cuñas "calzadas" debajo de los rieles de hierro para que se descarrilaran los trenes, estaban saboteando la ceguera de la impiedad del destino inconmovible.
Un tercer objeto llamado en francés sabot confirma espectacularmente mi tesis de que la suerte de las palabras es una providencia y no un azar ciego. Porque sabot se denomina a las cajas donde se guardan los mazos de cartas utilizadas en los casinos. Estas cajas "contienen" al azar, es decir, lo encaminan, lo encauzan, lo limitan. Las cajas llamadas sabots se relacionan con el sistema, entonces, en la medida en que el sistema es el juego de naipes, lo dado, cuyas reglas, en apariencia, son estrictas, inamovibles, ciegas, imparables e incuestionables como el girar de las ruedas de las máquinas que primero mencioné y como la ruta del tren, preestablecida y fija, pero que un hábil crupier puede cambiar o subvertir, sabotear, ya que en todo juego de cartas, los fulleros (y el cabalista siempre ha sido un fullero, un tramposo muy inteligente, que le juega trampas al orden establecido y lo cambia, generando el milagro) "mete cuñas", para decirlo de algún modo, y cambian lo que desea cambiar, imperceptiblemente, haciendo violencia a lo que aparentemente es inamovible.

Diego Márquez

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